El gobierno peruano tiene varios mensajes económicos en la actualidad. Uno es del Ministro de Economía, Pedro Francke, en concordancia con la Primer Ministro, Mirtha Vásquez, y otro es del Presidente de la República.
Por Guillermo Dulanto. 02 noviembre, 2021. Publicado en El Tiempo (Edición dominical), el 31 de octubre de 2021.El gobierno peruano tiene varios mensajes económicos en la actualidad. Uno es del Ministro de Economía, Pedro Francke, en concordancia con la Primer Ministro, Mirtha Vásquez, y otro es del Presidente de la República, Pedro Castillo. No consideramos en este caso los otros mensajes, porque son varios, de los integrantes del partido de gobierno tanto dentro como fuera del Congreso. Ante esta situación los ciudadanos no saben a quién creer, generándose una incertidumbre que no es nada bueno para el desarrollo de las actividades económicas. Éstas requieren una coherencia en los anuncios y, sobre todo, en las medidas económicas que permitan que el país crezca en términos económicos y la riqueza del país se incremente, con la consecuente reducción de los niveles de pobreza e integración de los diferentes territorios del país al proceso productivo.
En esta dinámica el crecimiento económico de un país se fundamenta en la inversión privada, siendo el Estado, como encargado de la sociedad, el que tiene que establecer las condiciones para que el crecimiento se concrete, y posteriormente, se convierta en desarrollo económico y social. Actualmente el Perú tiene un Producto Bruto Interno (PBI) de US$ 320,000 millones, y una presión tributaria (impuestos/PBI) entre 14.5% y 16%, lo cual le proporciona al Estado un aproximado de 200,000 millones de soles al año. El Estado con este dinero elabora el Presupuesto de la República, que incluye gastos corrientes (pago de maestros, médicos, policías, cesantes, pago de intereses de la deuda, entre otros) y gasto de capital (básicamente obras públicas). La pregunta es, ¿este monto de presupuesto es suficiente para que el Estado atienda a 32 millones de personas en el territorio nacional? La respuesta obvia es no. Todos somos testigos del bajo salario de los maestros y médicos del sector público y sabemos que falta mucha infraestructura en los territorios del interior del país. Entonces surge la siguiente pregunta, ¿qué hacer ante esta situación?
El gobierno ha identificado bien esta situación, más aún, considerando la crisis originada por la pandemia (que aún continua) y la cual nos llevó a incrementar el déficit fiscal a 8.9% el año 2020. Es decir, gastamos más de los pocos ingresos corrientes que tenemos, incrementando cada año nuestra deuda pública. Donde se equivoca el gobierno es en las soluciones que plantea. Esta semana se presentó la Premier Mirtha Vásquez ante el Congreso para pedir el voto de confianza (algo que debería eliminarse), el Ministro de Economía en los siguientes días amplió sobre las medidas económicas, y para completar el cuadro el Presidente también intervino con sus declaraciones. Al parecer no hubo coordinación entre el Presidente y sus funcionarios. Aprovecho para indicar que una de las principales condiciones que debe transmitir el Ejecutivo a los agentes económicos es la predictibilidad y coherencia de las medidas económicas, y justamente eso es lo que no se ha realizado esta semana. Aparte de que las medidas tributarias propuestas no son las más acertadas en un contexto de necesaria recuperación económica en la que nos encontramos, podrían tener un impacto negativo sobre el crecimiento económico.
Ante la falta de recursos impositivos el Estado tiene tres opciones para recaudar más: primero, aumentar el PBI; segundo, incrementar la presión tributaria; y tercero, endeudarse más. La primera depende principalmente de la inversión privada, y ésta se está afectando con el excesivo ruido político existente. La tercera ya no es viable dado que ya estamos llegando al límite de nuestra capacidad de endeudamiento (casi 30% del PBI), y si aumenta más perdemos otro grado de inversión en la calificación internacional (aunque el gobierno esta semana a colocado bonos globales por US$ 4,000 millones). Solo nos queda la segunda, y a ésta está apelando el Ejecutivo. Sin embargo, una reforma tributaria implica no solo aumentar las tasas de impuesto a los formales y a los que más ingresos tienen, sino implica ampliar la base tributaria. El gobierno ha optado por lo primero sin haber evaluado el impacto que estas medidas pueden tener sobre el crecimiento económico, variable necesaria e imprescindible para generar un desarrollo en la sociedad.
Entre las medidas tributarias que se han propuesto existen algunas que corresponden y otras que van a afectar seriamente la inversión privada. Las otras medidas económicas que anunció el gobierno en su presentación ante el Congreso implican un aumento considerable en el gasto público (de ahí su necesidad de incrementar los ingresos públicos), que principalmente son subsidios directos a la población (no necesariamente a los que más lo necesitan) y a los combustibles.
Entre los aspectos positivos mencionó una integración de los sistemas de salud (aunque no se precisó cómo se hará), y el impulso a los mecanismos de Alianzas Público-Privadas (APP) y Obras por impuestos (OxI). En esta última se ampliará la intervención para gastos de pre inversión, operación y mantenimiento de infraestructura, algo que se venía reclamando para hacerlas más integrales. Sin embargo, más es lo que no se mencionó, o lo que declaró el Presidente, lo que puede afectar el desenvolvimiento de la economía en el país. Por ejemplo, en lugar de hablarse de una promoción a la inversión privada, se habló de un Estado proactivo (¿Qué significa esto?), tampoco se habló de la urgente reforma del Estado, sobre todo de la reforma del servicio civil, no se mencionó el impulso a los proyectos mineros que son viables ambiental y técnicamente (no hay que olvidar que esta actividad es el motor principal de nuestras exportaciones), faltó también hablar de la política energética, clave para el crecimiento económico futuro. El que sí habló fue el Presidente para mencionar -de manera muy confusa- una supuesta “estatización” de Camisea, lo que impactó nuevamente en un incremento del tipo de cambio.
En días más recientes Pedro Francke precisó algunas de las medidas económicas. Entre las medidas positivas tenemos una ampliación de beneficios a la acuicultura, el fortalecimiento de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), y el ingreso de Fintech al mercado financiero. Mencionó que las medidas tributarias podrían incrementar en 12,000 millones de soles los ingresos corrientes. Sin embargo, como ya he mencionado, muchas de las medidas podrían retraer la inversión privada formal. Tal es el caso del incremento a 10% del impuesto al alquiler y venta de inmuebles, el incremento del impuesto a las ganancias en Bolsa de Valores, y el incremento del impuesto a la renta. Insisto en que se debe tratar de aumentar la base tributaria, simplificando el sistema tributario, y acelerando los procesos de cobranza de deudas que las empresas tienen con la SUNAT, que asciende a cerca de 110,000 millones de soles, y de las cuales 48% está en litigio.
En resumen, el país puede -y debe-crecer este año 13.2% (según estimado del Presidente del Banco Central de Reserva) y esperamos que con estas medidas no se reduzca esta tasa de crecimiento, que de ocurrir impactaría sobre los más pobres. Entregar bonos, que en la coyuntura puede ser positivo, es simplemente un paliativo para una población que reclama empleo para vivir dignamente. Adicionalmente, debemos esperar que la mayor cantidad de recursos que tendrá el gobierno no sean usados con criterios clientelistas sino con criterio de ver el bien común de todos, y sobre todo generar las condiciones para que la actividad económica se desarrolle de manera eficiente.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.